En primer lugar, imagino que todas las bases del ejército de los Estados Unidos están constantemente bajo extrema vigilancia; no creo que la base anteriormente mencionada sea una excepción, por lo que esto no es motivo para sospechar nada en absoluto. De hecho, otros afirman que todo se grabó en el famoso Área 51 [situado en Groom Lake (Nevada), donde el ejército de EEUU y su Departamento de Defensa prueban sus aeronaves y cohetes experimentales desde hace décadas, lo que ha provocado numerosos avistamientos de "ovnis" por la zona]. Y otros, también, afirman que las imágenes se tomaron en el Langley Research Center, en Virginia. Esto da una idea de las discrepancias existentes entre los partidarios de la conspiración. Difícilmente podemos juzgar esta parte de su teoría si no nos aportan pruebas fehacientes de que el montaje se llevó a cabo en la Tierra.
En segundo lugar, si en verdad fuimos a la Luna, como sostienen la NASA, la comunidad científica y la mayor parte de la sociedad, entonces las pruebas de la veracidad
de las exploraciones lunares tripuladas deberían resistir cualquier análisis que hagamos sobre ellas.
Esas pruebas han estado en dominio público desde hace más de treinta años en forma de fotografías, grabaciones de vídeo
emitidas y vistas en tiempo real, imágenes de las naves espaciales Apollo tomadas por astrónomos desde la Tierra, experimentos científicos emplazados en la
Luna (algunos de los cuales todavía siguen siendo de utilidad, como los reflectores láser, con los que
periódicamente se mide la distancia exacta entre la Tierra y la Luna) o
382 kilogramos de rocas lunares y muestras traídas de la superficie lunar que
tienen en su misma composición la prueba de que formaban parte de la Luna.
(Al examinar la naturaleza química de esas rocas, con técnicas de datación radioactivas, ha
quedado demostrado que son de origen lunar, debido a la abundancia de ciertos isótopos no presentes en la Tierra,
a las características adquiridas después de miles de millones de años de exposición a los rayos cósmicos,
a los impactos de micrometeoritos, a la falta de atmósfera, etc.)
De hecho, estas rocas lunares traídas de vuelta por los astronautas de las misiones Apollo han sido analizadas
por decenas de instituciones científicas independientes de la NASA y de EEUU.
Normalmente, la minoría que apoya la teoría del montaje utiliza el argumento de la típica y
compleja conspiración, incluyendo en ella la idea de que cada detalle del viaje fue realizado minuciosamente
(del mismo modo que los efectos especiales de la películas de Hollywood) en unos escenarios secretos.
Por supuesto, sin aportar ningún testimonio verídico ni ninguna prueba de que el rodaje sucediera, sino
mostrando supuestas "anomalías" en las fotografías obtenidas en la Luna. Pensemos detenidamente esto durante un momento. Piense acerca de las películas con mejores efectos
especiales que haya visto nunca. Reflexione ahora en las contradicciones y los errores visuales
que, incluso el público en general, puede encontrar en esas películas. Retroceda ahora hasta
1969 y las películas hechas por entonces.
Tampoco es razonable ignorar la información científica obtenida gracias
a este proyecto, no sólo sobre la Luna, sino sobre el cuerpo humano y su comportamiento en
misiones de larga duración (ver, como ejemplo, Biomedical results of Apollo).
Las más de 20.000 fotografías tomadas por los astronautas (disponibles íntegramente en la
página del Apollo Lunar
Surface Journal y en Apollo
Image Atlas) son sólo una pequeña parte de todo el trabajo realizado en la superficie lunar.
Son muchos los artículos científicos publicados desde 1969 por organismos científicos
internacionales independientes de la NASA, gracias al trabajo que realizaron los astronautas en
la Luna. En definitiva, la cantidad de pruebas a favor de la veracidad de las misiones Apollo
es sencillamente abrumadora.
¿Podría haberse realizado una falsificación
tan grande que resistiera, no sólo al análisis de la sociedad de 1969 en adelante y a la Unión Soviética,
sino a una generación entera de científicos familiarizados con el estudio geológico
de los cuerpos celestes? O bien ¿sería lógico arriesgarse a realizarla, a pesar del
tremendo desprestigio que hubiera supuesto que, por ejemplo, la URSS o la comunidad científica lo descubriesen?
Claramente, no.
De hecho, sólo un reducido grupo de personas (por lo general, carentes de escepticismo y con
escaso o nulo conocimiento sobre las misiones Apollo y la exploración espacial tripulada)
encuentran "fallos" a las fotografías tomadas en la Luna que, como veremos en adelante, no son
tales y pueden ser explicados con un poco de sentido común, nociones básicas de fotografía y conocimientos sobre este proyecto espacial.
La imagen en cuestión es un fotograma de una película de 16mm grabada por un cámara automática situada en la ventana
derecha del módulo lunar, durante la misión Apollo 11.
La propuesta de los partidarios del montaje de que los astronautas estaban siendo iluminados
por un foco artificial cercano no tiene
ningún sentido, ya que, como vemos en la siguiente imagen simulada, sería el astronauta más lejano al
foco el que tendría una sombra más larga, lo que no ocurre en la fotografía verdadera reproducida más
arriba.
La diferencia puede ser perfectamente explicada por el hecho de que
la superficie de la Luna no es de ninguna manera plana y, a juzgar por el brillo de
la parte superior izquierda de la fotografía, el extremo superior de la sombra del astronauta
de la izquierda (suponemos que Armstrong) está situado en una pequeña pendiente y, por
tanto, la sombra aparece acortada. El área donde se encuentra la mayor parte de la sombra de Aldrin
(derecha) está más oscuro que el resto, lo que indica que se trata de una leve bajada,
no tan iluminada por el Sol desde su baja posición en el cielo.
No es necesaria una gran inclinación para producir este efecto. Puede visitar la página Terrain and Shadow (en inglés) para
observar la influencia del terreno en la dirección y el tamaño de las sombras.
Lo dicho anteriormente se puede demostrar experimentalmente. Invitamos al lector a realizar comprobaciones similares a la que se muestra a continuación, procedente
del sitio Clavius.org:
Imagen: cortesía de Clavius.org
La imagen anterior de la bandera norteamericana, y otras, muestran que está ondeando.
¿Cómo es posible esto si en la Luna no hay atmósfera ni viento? Esto quiere decir que las fotografías
se tomaron aquí en la Tierra, donde sí puede hacer viento.
Éste es uno de los argumentos más frecuentemente esgrimidos sobre este tema como evidencia de trucaje.
Los partidarios del montaje no entienden que una bandera no necesita ayuda del viento para moverse.
En la imagen de arriba ya comentada se puede ver claramente cómo el astronauta no crea ninguna sombra
sobre la superficie lunar. Esto indica que la imagen es un montaje. ¡Parece que la NASA
olvidó este importante detalle!
En la imagen de arriba, el astronauta (en concreto John Young, de la misión Apollo 16) está
saltando y por eso parece no tener ninguna sombra a sus pies. En realidad, su sombra es la
zona oscura horizontal que está situada abajo y a la derecha.
En la imagen en blanco y negro de la izquierda, grabada desde la cámara del vehículo lunar Rover durante los
mismos instantes, podemos observar más claramente que Young se encuentra en la mitad de un salto,
"inventando" una original manera de saludar a la bandera de su país, mientras su compañero (Charles Duke,
más alejado y a la derecha) le saca varias fotos (como la que hemos visto arriba); también
puede apreciarlo en la grabación simultánea del coche lunar (1'4 MB).
En la imagen de la izquierda, en la que se puede observar el mismo efecto, la sombra de Young está
situada a su izquierda, un poco alejada de sus botas.
La bandera estaba sujeta a un mástil horizontal superior, para que permaneciese estirada. Además, los astronautas (como se puede ver en la primera
imagen de esta página) la arrugaban ligeramente con los guantes al colocarla, para dar un efecto de ondeo y hacer así la escena más atractiva. Dado que la bandera era de nylon y no había aire que pudiera moverla, ésta se quedaba con la forma que le daban los astronautas.
Esto explica el aparente "movimiento" de la bandera en las fotografías.
El movimiento de la bandera que se puede observar en algunos vídeos de los paseos lunares se debe a que
los astronautas giraban el mástil de un lado hacia otro para intentar clavarla un poco más hondo, o simplemente para observar cómo
se comportaba en la baja gravedad lunar.
Esto hacía moverse de igual manera a la barra superior y, por tanto, a la bandera,
que adquiría por unos segundos el mismo movimiento. Por ello, no es nada raro que la bandera siga moviéndose
ligeramente de un lado hacia otro en ausencia de viento, incluso unos segundos después de que
los astronautas hubieran dejado de moverla.
Además, debido a la ausencia de aire que pudiera frenar a la bandera, ésta seguía moviéndose durante
más tiempo que aquí en la Tierra, hasta que el rozamiento con su soporte la frenaba por completo.
Por otro lado, es evidente que el argumento de que la bandera estaba ondeando es completamente falso ya que, si
realmente hubiera viento, se debería levantar polvo del suelo. De todas formas, es
bastante difícil creer que hubiera viento o ventiladores en una estudio de grabación.
Como ejemplo, puede observar cómo los astronautas del Apollo 17 instalaban la bandera estadounidense
en el vídeo a17v.1182126 (1'5 MB). En la
página del Apollo Lunar
Surface Journal encontrará los vídeos del resto de misiones.
En el sitio oficial Where No Flag Has Gone Before
podrá encontrar más información y datos sobre las banderas enviadas a la Luna.
Se equivocan de nuevo: el Sol es la única fuente de luz DIRECTA en la Luna;
sin embargo, existen muchos objetos que reflejan de nuevo la luz del Sol. Sobre todo la
superficie lunar (que refleja el 7% de la luz que recibe), pero también la Tierra, los trajes espaciales
(que estaban diseñados para reflejar buena parte de la luz debido a la necesidad de mantener
una temperatura aceptable en el interior) y los diferentes
instrumentos usados por ellos (por ejemplo, el módulo lunar, que estaba equipado en la parte inferior con
una reflectante capa dorada de Mylar) reflejan una buena parte de la luz que reciben. Todos estos objetos, especialmente la superficie lunar,
también iluminaban de forma indirecta a los astronautas, y es por esto que sus trajes no están completamente oscuros. Hay que tener también en cuenta la imagen utilizada como prueba: la de la izquierda es la usada
habitualmente por los que apoyan la teoría del montaje, y es patente su pérdida de calidad, con lo que
puede llevar a engaño; la de la derecha es la original.
En realidad, el efecto de la atmósfera terrestre es justo el contrario: hace a los objetos más lejanos
(montañas, etc.) aparecer más brillantes (compruébelo).
Como ya hemos mencionado antes, la superficie de la Luna no es plana, y lo más probable es que
el terreno que se ve detrás de Aldrin sea en realidad una leve subida que, debido a ello, no
recibe la misma cantidad de luz del Sol que el terreno más cercano al astronauta (recordemos
que el Sol se hallaba muy bajo en el horizonte), de la misma forma que en la primera fotografía.
De hecho, el terreno que se ve detrás del astronauta está muy cercano al cráter Little West
(como se puede comprobar en el mapa de la superficie),
situado a mayor altura a unos 50 metros de distancia, lo que apoya en gran medida la anterior afirmación.
Por otra parte, el módulo lunar, que se encuentra muy cerca del lugar donde se realizó la
fotografía, refleja bastante luz al área que hay justo detrás de Aldrin, como se puede
observar en la fotografía
as11-40-5886, donde el resto del área se ve más oscura. De todas formas, en la fotografía
original de la derecha se observa un horizonte mucho más nítido y claro.
También es posible que el terreno cercano al horizonte tenga simplemente una composición
más oscura que el resto.
Hay dos objetos reflejados en la parte izquierda del visor de Aldrin.
El primero es el experimento Solar Wind Collector (SWC, colector de viento solar),
y el segundo es la bandera estadounidense. Ambos objetos pueden ser mejor apreciados en las
imágenes as11-40-5886,
as11-40-5961 o
as11-40-5920, entre otras
fotografías del
Apollo Lunar Surface Journal (al que nos referiremos de ahora en adelante como ALSJ).
En el momento de tomar la fotografía en cuestión, Armstrong se encontraba en la parte
izquierda del módulo lunar (visto desde donde se encuentra la escalerilla), mientras que
Aldrin estaba situado al otro lado de una de las patas del módulo, visible a la derecha de la imagen.
Por lo tanto, el objeto visto como más cercano en el visor (el que se encuentra
más a la izquierda) es el SWC y el otro es la bandera (que es difícil de apreciar, dado que se encuentra casi paralela a nuestra
línea de visión). A pesar de su relativa cercanía, los dos objetos aparecen
pequeños y lejanos debido a la forma convexa y esférica del visor de Aldrin, que hace que los
objetos aparezcan curvados, pequeños y más lejanos de lo que en realidad están.
En la fotografía de la derecha podemos observar claramente los dos objetos que aparecen en el
visor de Aldrin. Evidentemente, en el visor aparecen en orden invertido, al actuar éste como un
espejo.
Cuando el módulo alunizaba en la superficie, la inmensa potencia de su motor (¡proporcionaba 3.000 lb de empuje!)
habría creado un enorme agujero debajo, sin embargo, en las imágenes (zona E), el terreno permanece intacto.
Además, es imposible que un aparato tan pesado como el módulo lunar no se hunda más en la
superficie. ¡Pesa más de 15 toneladas!
En primer lugar, el peso total del módulo lunar en la TIERRA, listo para el despegue, efectivamente variaba entre 15 y 18
toneladas, es decir, entre 15.000 y 18.000 kilogramos (dependía de la carga de cada misión). Pero los partidarios de la conspiración
no consideran en ningún momento que la gravedad en la superficie lunar es aproximadamente seis
veces menor que en la Tierra, y que gran parte de la carga del módulo era combustible que se utilizaba durante
el descenso a la Luna (en concreto, unas 8 toneladas). Es decir, poco antes del alunizaje, el peso
del módulo era de unos 7.000 kilogramos (15.400 lbm -libras de masa-).
La gravedad terrestre ejercería 15.400 lbf (libras de fuerza) sobre ese peso, pero la Luna ejerce 2.600 lbf
(una sexta parte). Por tanto, debido a la menor gravedad lunar, cuando el módulo alcanzaba
la superficie, su peso en la LUNA era de unos 1.200 kilogramos (2.600 lbm).
Esto explica por qué el módulo,
que en un principio puede parecer tan pesado, sólo se hundía unos centímetros en la superficie lunar. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que el motor de descenso del módulo lunar tenía un empuje máximo de
casi 10.000 lbf. Pero el motor del módulo se encontraba funcionando a menos del 25% de su potencia máxima cuando se acercaba
a la superficie (para contrarrestar las 2.600 lbf de su peso), e incluso quedaba
completamente apagado un segundo antes de tomar tierra (gracias a las sondas
que se extendían hasta un metro y medio por debajo de las patas, como se ve en la
imagen as16-118-18894), para evitar que los gases pudieran dañar el módulo. De todas formas, muchas fotografías muestran una ligera alteración
del suelo lunar por debajo y cerca del módulo lunar.
Vea, por ejemplo,
as12-47-6987,
as14-66-9258,
as11-40-5892
o as11-40-5921
(del ALSJ)
que muestran no sólo una cierta pérdida de color debajo de la
tobera del motor, sino también ciertas alteraciones radiales
en el suelo, procedentes de la ignición del motor.
Ver también as12-46-6781,
que muestra un rastro de suelo alterado a lo largo del lugar de alunizaje
del módulo lunar del Apollo 12. De hecho, antes de la llegada a la Luna, se consideró la posibilidad de que el terreno no
fuera lo suficiente firme y duro (se creía erróneamente que las regiones planas eran océanos de polvo), pero el alunizaje de varias sondas no tripuladas antes
del Apollo 11 confirmó la viabilidad de los alunizajes tripulados.
En la zona F se ve una huella de astronauta debajo del supuestamente
inmóvil módulo lunar.
En primer lugar, lo más conveniente es ver la ampliación de la imagen original, as14-66-9277,
en la que se puede observar que es muy difícil afirmar con seguridad que sea una huella. Más
bien parece una marca natural en el terreno de las muchas que se pueden apreciar en cualquiera
de las imágenes del suelo lunar. De todas formas, también es muy arriesgado decir que esté justo debajo del
módulo lunar. Se trata de un efecto de perspectiva en la fotografía, y esa marca podía estar perfectamente
situada en el terreno cercano a la pata del módulo. No hay más que ver la separación entre la tobera y
la pata de la derecha para darse cuenta de que el astronauta puede pisar en ese terreno sin
acercarse siquiera al motor.
Es bastante difícil creer que este argumento es prueba de alguna conspiración.
Con "pruebas" tan inconsistentes como ésta no se pueden sostener muchas afirmaciones.
En comparación, un avión Harrier de despegue vertical cargado al máximo produce un empuje de
unas 27.000 lbf durante el despegue, 10 veces más que el módulo lunar. Y el Harrier no
produce ningún cráter durante sus despegues o aterrizajes en zonas de tierra. La idea del cráter
nace de la incorrecta intuición de que un motor de cohete de cualquier tamaño es
mucho más potente que cualquier motor de reacción. Cuando, en realidad, la mayor parte de los
motores de reacción son más potentes que el motor del módulo lunar.
Otro hecho importante a tener en
cuenta es que los gases emitidos por el motor no se dirigían tras su salida directamente hacia
abajo sino que, debido a la completa ausencia de atmósfera (y, por tanto, presión) en la Luna, eran
dispersados hacia los lados tras su salida por la tobera.
A esto se añade que el módulo lunar no alunizaba de forma vertical, sino que iba descendiendo
oblicuamente hasta que los astronautas encontrasen un lugar llano y relativamente libre de piedras en
el que fuera más fácil alunizar. Es decir, ni los gases emitidos por el módulo lunar ejercían la presión
necesaria, ni éste permanecía una cantidad de tiempo significativa encendido sobre la superficie como
para producir algo parecido a un cráter.
Por último, es importante conocer que el suelo de la Luna está formado por una pequeña capa de
polvo lunar, llamada regolito, que cubre los primeros centímetros de la superficie (formada por
el constante impacto de micrometeoritos durante miles de millones de años, al no haber atmósfera).
Debajo de esta capa se encuentra una dura capa de roca, que tiene una profundidad de entre
2 y 8 metros en los mares, y de hasta 15 metros en las zonas altas, lo que
imposibilita la formación de un cráter como consecuencia del alunizaje del módulo lunar.
En realidad, el punto marcado como E no es una sombra en la
superficie; es, de hecho, la silueta de la boquilla de uno de los pequeños motores RCS
(Reaction Control System; es decir, sistema de control a reacción) con los que estaba dotado el
módulo lunar para estabilizarse continuamente durante el descenso y el ascenso que, al estar tan cerca de la ventana,
produce la silueta negra que vemos en la imagen.
En la imagen anterior, si miras a la zona marcada con el 3
no se ve ninguna estrella en el cielo. De hecho, no se ve ninguna estrella en las fotografías tomadas por la NASA en la Luna,
y ni siquiera los astronautas mencionan nada en ninguna parte sobre las estrellas
que se hacen visibles fuera de la atmósfera terrestre. Esto ha sido confirmado por Maria Blyzinsky,
la directora de astronomía del observatorio de Greenwich, Londres.
En primer lugar, es totalmente falso que la astrónoma Maria Blyzinsky defienda el argumento
anterior. Contacté con ella mediante correo electrónico para preguntarle sobre ello, a través
de la página web del Observatorio Real de Greenwich, y su respuesta no deja lugar a dudas: no
sólo no recuerda haber sido preguntada en ningún momento sobre la falta de estrellas en las
fotografías de las misiones Apollo, sino que no respalda en absoluto esa afirmación que se le
atribuye. He detallado este asunto en una sección aparte.
Para empezar, el área oscura de la fotografía lunar anterior (marcado con el
3), por encima de la zona iluminada de la superficie lunar,
es la zona oscura de la Luna, no el cielo. Las misiones lunares aterrizaron
en lugares cercanos a la zona de sombra (es decir, en los que hacía pocos días que había amanecido)
debido a que allí es más fácil observar los elementos geológicos y establecer distancias gracias a las largas sombras que se
producen y, además, la temperatura es inferior. De todas formas, explicaremos por qué no se ven
estrellas.
De modo similar, la vista de los astronautas estaba adaptada a las escenas diurnas y al
enorme brillo de la superficie lunar (llevaban visores dorados para filtrar el exceso de luz solar) y, por lo tanto,
podían ver muy pocas estrellas, o ninguna. Neil Armstrong, por ejemplo, no recordó haber visto ninguna
estrella a simple vista durante su vuelo, pero sí podía observarlas a través del telescopio de
navegación del que disponían.
Como experimento para comprobar esto, puede intentar observar por la noche alguna estrella en un lugar
iluminado directamente por el alumbrado público; comprobará que es muy difícil.
De todas formas, los astronautas podían ver algunas estrellas cuando las condiciones eran las idóneas y la tripulación estaba
en un lugar relativamente oscuro (por ejemplo, dentro de la nave con sus luces interiores apagadas, durante la parte en sombra de la
órbita).
Por la misma razón explicada anteriormente, las fotografías tomadas desde el transbordador, la estación Mir, la ISS o
cualquier otra nave espacial (tripulada o no) tampoco muestran estrellas en el fondo negro del espacio, a no ser que
se quiera expresamente y se realice una exposición de mayor duración, como se puede observar en la primera de estas fotografías
(nótese que, debido al mayor tiempo de exposición, las estrellas aparecen movidas). Como ya hemos
dicho, las imágenes tomadas durante las misiones Apollo no son de
larga exposición, ya que las cámaras estaban pensadas para obtener
imágenes de la superficie.
Las tres siguientes, de la Estación Espacial Internacional (ISS), así como cualquier otra tomada en el espacio en las mismas condiciones, no muestran estrellas. Pulse en cualquiera de ellas para ampliarlas.
De todas formas, resulta extraño que los astronautas no tomasen fotografías del cielo con un mayor tiempo de exposición, para mostrar las estrellas y probar
así que estuvieron en la Luna.
De nuevo se pone de manifiesto la ignorancia de los defensores de la teoría de la conspiración. Los astronautas del Apollo 16 llevaron a la superficie de la Luna un telescopio de luz ultravioleta,
que obtuvo 178 imágenes de diversas regiones del cielo durante su estancia. Los resultados de este experimento fueron publicados en el Apollo 16 Preliminary Science Report y en la revista Science en 1972:
En el momento de tomar la imagen, el módulo no se encontraba posado en la superficie o cercano a ella,
sino que todavía estaba orbitando a decenas de kilómetros de altura sobre el lugar del alunizaje, que se
encuentra aproximadamente situado en la mitad de la fotografía. El cráter que se puede observar en la
parte inferior derecha es el cráter Maskelyne, un punto de referencia importante durante la
trayectoria de descenso del módulo Eagle, de la misión Apollo 11.
A la izquierda puede ver uno de los motores RCS antes comentados, visto desde el exterior.
Se pueden encontrar siluetas similares de las mismas boquillas en muchas imágenes
tomadas desde la cabina del módulo lunar, por dentro de las ventanas triangulares del mismo. Por ejemplo, observe la imagen
as12-48-7025 (del
ALSJ)
tomada desde la ventana por el astronauta del Apollo 12 Pete Conrad, después de aterrizar en
la Luna, pero antes de la primera salida al exterior. También se puede observar una boquilla en
la ampliación de la primera imagen de esta página.
Por otra parte, observe la pérdida de calidad de la imagen usada por los partidarios de la
conspiración (izquierda), en la que el color de la superficie lunar está completamente alterado. De esta manera
se distorsionan las pruebas, haciendo más difícil un buen análisis sobre ellas.
En realidad, las fotografías tomadas en la Luna no muestran ninguna estrella porque las cámaras Hasselblad que tomaron
esas imágenes estaban preparadas para reducir el intenso brillo del día lunar.
A pesar de que el cielo estaba completamente oscuro debido a la falta de atmósfera, la
situación no es la misma que en las noches terrestres. La superficie de la Luna se
encuentra muy iluminada por la luz del Sol (para comprobarlo, ver como ejemplo la
fotografía as17-147-22580).
Para tomar una fotografía en un paisaje bastante luminoso, se necesita establecer en la
cámara un tiempo de exposición breve, y además hay que cerrar bastante el obturador para regular
la luz (al igual que la pupila del ojo humano se cierra rápidamente y disminuye el espacio por el que la luz
pasa al interior en un lugar muy soleado). De no hacerlo así, se corre el riesgo de velar la imagen,
debido al paso excesivo de luz procedente de la superficie lunar (que refleja el 7% de la luz que recibe).
Vea, por ejemplo, la imagen as17-138-21028, que
está claramente sobreexpuesta debido a un error del astronauta.
El tiempo de exposición de las cámaras Hasselblad utilizadas en las misiones Apollo (es decir, el
tiempo que permanecía abierto el obturador) era normalmente de 1/125 o 1/250 segundos (es decir, 8 o 4 milisegundos). Como
cualquier buen aficionado a la astrofotografía sabrá, es bastante difícil reflejar estrellas en
el negativo en tan poco tiempo. Se necesitan al menos entre 20 y 40 segundos con una película 400
ISO enfocada al infinito para registrar una cantidad de estrellas similar a las visibles a simple
vista. Invitamos al lector a comprobar estos datos por sí mismo, en páginas o libros dedicados a la
astrofotografía.
Si no hubiéramos ido a la Luna, lo más normal hubiera sido mostrar el
fondo lleno de estrellas, como en las películas de ciencia-ficción, para hacerlo todo más "bonito".
Por aquella época ya eran perfectamente conocidos los mecanismos para determinar la posición de
las estrellas en cualquier momento y desde cualquier lugar, por lo que no hubiera sido un
impedimento para la NASA simular la posición de las estrellas (cuya posición relativa no varía
apreciablemente entre la Tierra y la Luna).
Puede encontrar más información en la página Photographing Stars